martes, agosto 29, 2006

Castañas pilongas

Después de haber comentado “La joven del agua” me veo obligado a cebarme y a ser despiadado con algunas películas menores que he visto últimamente. Porque no todo el monte es orégano y todo mal merece su castigo. Como buena castaña pilonga que provoca flatulencia, “La última señal” es una película de digestión pesada. Eso sí, en boca de su director: “Quería realizar una película popular. Por ello entiendo un film apasionante, lleno de suspense, y atractivo emocionalmente”. Esto lo dice un tal Douglas Law, que vaya usted a saber quién es, pero miente como un bellaco. La película es fácil de resumir: una viuda y sus hijos que viven en una casa de campo apartada de la ciudad experimentan una serie de fenómenos extraños que la protagonista (Andy MacDowell) se niega a creer que son manifestaciones provocadas por su difunto marido (Tim Roth). Aparenta ser un “Sexto sentido” pero ni muere gente ni hay sustos, como mucho el teléfono sonando a las tantas de la noche (ahí me cagué!). El caso es que esta película es clara candidata de ser emitida en Antena 3 un domingo por la tarde. Quizás lo más inquietante y que me produjo bastante repelús fue ver la cara de Margot Kidder, aquella Lois Lane inolvidable en el Superman de Donner que ahora tiene la cara como el culo de un mandril. En fin, que el fantasma es un plomazo y todo el rollo es para que le perdonen.
La segunda castaña en cuestión es “Man Thing. La naturaleza del miedo”, dirigida por Brett Leonard (aquel señor que dirigió “El cortador de césped” y “Virtuosity” y que ahí se le fundieron los plomos). Viene a ser una adaptación del bicharraco del pantano de la factoría Marvel, no confundir con “la cosa del pantano” o “Swamp Thing” de DC Comics, adaptada al cine por Wes Craven y con serie de TV. La materia prima no da para mucho, pero aún así se podría haber hecho algo decente y sin embargo la película llega a ser ridícula en algunos tramos. Quizás no estaba muy receptivo o atento en el momento de verla porque recuerdo haber pegado unos cabezazos que ni Morientes en boca de gol. Total, un cúmulo de despropósitos. Pero aguanté como un campeón y la acabé de ver.
La tercera y última castaña es “Habitación 333” o en el original “Boo”, la onomatopeya para asustar, vamos. Si las anteriores películas comentadas me han provocado aerofagia y somnolencia, con esta he sufrido dolor abdominal profundo y desprendimiento de retina. Madre mía!! ¿Pero cómo se puede producir semejante bodrio?. Debo decir que no pasé de los quince minutos de película, así que quizás alguien me pueda contar si el resto del metraje vale la pena. El inicio clavadito a Scream ya me olía mal, pero cuando en pleno festival de psicotronía aparece un hospital abandonado con apariciones fantasmales ya dije “apaga y vámonos”. Bueno, eso y las lamentables interpretaciones. En fin, ojito y que no os timen en el videoclub.

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